lunes, mayo 28, 2007

Hartura de Campaña

Vara tiende su mano al PP para pactar los temas de más interés. Vara e Ibarra se abren paso entre los cientos de personas que tomaron la sede regional del PSOE.

Vara amplía el poder del PSOE con dos escaños más de los que tenía.Fernández Vara recibe las felicitaciones de sus compañeros.

Con mítines, entrevistas, inauguraciones, fotografías, o reuniones, los candidatos han llenado durante 15 días los espacios, y no me refiero solo a los periódicos, la radio y la televisión, sino también a los físicos, desde las calles de los barrios, hasta las sedes de asociaciones, colegios profesionales, y demás colectivos, que han tenido que superar un maratón de visitas de los políticos y aspirantes, de cada uno de los hasta 3.099 partidos inscritos actualmente en el registro, no todos, por fortuna, en los mismos lugares.Y hablando de medios y de espacios, la estrella ha sido el ciber-espacio, abarrotado de periódicos digitales, web, foros, chats y blogs políticos, donde particulares, candidatos y grupos, has vertido sus opiniones, críticas, programas, comentarios, artículos, y réplicas, todo ello hasta la saturación.
Al final de la campaña mucha gente está harta de no ver ni oír en las noticias más que referencias a los últimos actos de la campaña, de toparse cada vez que abren un periódico con encuestas y resultados de encuestas, de escuchar "promesas", de ver fotos de políticos sonrientes besando a los niños o abrazando al ciudadano de a pié, etcetera.
En otro escalón de la participación, y aun más cansados, están esos miles de ciudadanos, que de manera totalmente altruista y a sabiendas de que su esfuerzo pasará desapercibido, colaboran en las campañas de los diferentes partidos políticos, lo mismo pegando carteles, que rellenando sobres, repartiendo publicidad, o posteando en sus blogs para favorecer a sus candidatos. Porque aunque parezca mentira, y a estas alturas, todavía se cuentan por decenas los militantes y simpatizantes de las diferentes opciones políticas que dedican su tiempo libre en hacer campaña desinteresadamente, a pesar del asociado gasto en móvil, en gasolina, comidas, cenas, tapéo y varios.
Pero el más implicado en las campañas, y con más motivos para estar extenuado es el político, al que sin duda le toca el papel "del malo de la película". Contra el político, no existe la piedad. Es despreciado, descalificado, insultado incluso, con una ligereza desaprensiva. De los políticos se suelen hacer juicios de valor, generalizando a partir de casos puntuales, siempre inmorales, y que nada tienen que ver con la mayoría, se machaca la imagen de cualquier persona que se meta en política, por muy honrada que sea. Y aunque desconozco la razón me consta que muchos piensan que al político se le paga para aguantar "lo que le"echen", ofensas incluidas.¡Pobres políticos que acabando la campaña andan con la voz rota, de un lado para otro, y sin tiempo para la pareja, ni para los hijos, ni para hacer la media hora de ejercicio que requiere una visa sana, y no me atrevo a imaginar si para comer y dormir como es debido, mientras encajan estoicamente los golpes de "contienda" de "ciertos" contrarios y de algunos desaprensivos!.
Y sin embargo el político es tan víctima como el votante, de un sistema con ritos desproporcionados, que como "las rebajas", las actuales fiestas navideñas, o San Valentín, se desarrollan en procedimientos globalizados de consumo, prácticas generalizadas en todos los países desarrollados, marcadas un estilo consumistas, valga la redundancia, propio del mundo en el que nos movemos.
Y a quien le pueda parecer que los políticos son sádicos que se deleitan en torturar a los votantes con sus insistentes mensajes, o "masocas" que disfrutan dejándose la piel en las campañas le pediría "compasión" o una pizca de sentido crítico, que ayuda mucho a que los juicios sean, lo que venimos llamando, de sentido común, porque esos políticos que hoy se ven obligados a utilizar los recursos del mercado, para vender su "producto" con las más sofisticadas técnicas del "márqueting" serán su tabla de salvación en las siempre arrolladoras economía de mercado que nos intenta arrastrar.Y dicho esto, me sumo al sentir general de las sufridas masas y no me voy sin alegrarme de que, por fin, acabe la prueba, tan harta como todos de campaña.

Milagrosa Carrero

sábado, mayo 19, 2007

Padres maltratados

16 may 2007

Víctimas y verdugos, cada día saltan a los medios de comunicación más casos de adolescentes y jóvenes, cuando no niños, que levantan sus manos inocentes contra sus propios progenitores.

Ha sido la desesperada solicitud de unos padres de Gijón al Gobierno asturiano para que se haga cargo temporal de la custodia de su hija de trece años por sentirse incapaces de educarla, la que ha desencadenado la polémica.
El caso de esta adolescente, Susana , no es tan extraordinario como podría parecer, y se refleja en los análisis de la fundación PRODENI (Pro Derechos del Niño y la Niña) --organización española, no gubernamental, y sin ánimo de lucro, que tiene su sede central en Málaga--, en los cuales se plasma el progresivo aumento del número de padres maltratados por menores, que ha pasado del 12% durante el periodo comprendido del 1997 al 2000, a un 28%, sólo entre el 2002 y el 2003.

Son padres sometidos a desobediencia, menosprecio, burla, voces, chantajes, humillaciones, y hasta a agresiones físicas, en los casos más lacerantes, por parte de sus vástagos, niños maleducados generalmente, que acostumbrados a permitirse elementales gestos violentos desde edades tempranas, pueden evolucionar a otros de mayor gravedad si no se corrigen a tiempo.

Los casos contabilizados son la punta del iceberg de un problema más amplio, del que oímos quejarse diariamente a gran parte de los padres actuales, una generación que nos criamos convencidos que de que cuando fuéramos padres comeríamos huevos , y que hemos querido evitar a nuestros hijos, no sé con cuánto acierto, la estricta disciplina y la austeridad con que nos educaron a nosotros. Esos padres que, aunque en su infancia, iban al colegio cargados de libros, a veces sin cartera, ahora os encontraréis acompañando y recogiendo a los niños hasta, y desde, la puerta del colegio, para que ni siquiera les pese la mochila, los mismos con los que coincidiréis por las tarde cuando acompañan a sus hijos a las actividades extraescolares, padres abnegados que se comportan con los hijos como camareros , por no decir como criados, y hasta como esclavos, y que frecuentemente renuncian a cubrir sus propias necesidades para que al niño no le falte la última videoconsola, el último móvil o el último ordenador.

POR ALGUN mecanismo que no me atrevo a precisar hemos pasado de la zapatilla en el culo y la regla en la mano, con que cualquiera podía castigar al niño en anteriores generaciones, a situarlo en una especie de burbuja intocable desde donde una cierta impunidad le permite hacer y deshacer a su antojo.

Por añadidura, si antes la educación era un compromiso de toda la comunidad y cualquiera se permitía reprender o corregir a los menores, a veces con un cachete , ahora nadie osaría increpar a un niño por la calle aunque lo vea haciendo algo malo o peligroso, como fumar o beber. La educación ha pasado a considerarse responsabilidad exclusiva de padres y maestros .

Tampoco está ya en manos de padres y educadores el control de los mensajes educativos que recibe el niño. En efecto hay un antes , del desarrollo de los medios de comunicación de masas, cuando los niños escuchaban cada día los mismos mensajes, repetidos hasta la saciedad, por cada uno de los vecinos y familiares, y un después , donde nadie podría determinar cuántos mensajes recibe un niño, ni aun menos sus contenidos, en solo 24 horas de su vida cotidiana. Desgraciadamente sí estamos en posición de asegurar que gran parte de ellos son violentos y fomentan las formas más agresivas de competitividad. Ni qué decir tiene que en su abundancia y variedad han de ser además necesariamente contradictorios. Nada menos educativo.

Y así nos encontramos que sin herramientas coercitivas de tipo alguno ni el más mínimo control sobre la información que llega a las infantiles mentes de nuestros niños, nunca hasta ahora los padres hemos tenido tan difícil educar a un hijo. Y un día nos vemos obedeciendo sus órdenes y otro aguantando sus desprecios sin tener muy claro a dónde acudir ni cómo solucionarlo sin ayuda. Son problemas nuevos que requieren soluciones diferentes, si es posible en la raíz del problema, el contenido de la información, y ofreciendo, como tratamiento sintomático, terapia familiar gratuita como un servicio público más. Un plan de choque, una estrategia global, que invierta la tendencia, y nos evite convertirnos en padres maltratados.

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martes, mayo 08, 2007

Turquía entre dos mundos

04/05/2007

Este país, cuya democracia data de 1923, miembro de las Naciones Unidas, de la OTAN, de la OCDE, y del Consejo de Europa, y que aspira a formar parte de la Unión Europea, no parece dispuesto a dejar que sea arrollado el principio de Estado laico, sobre el que se asienta su Constitución.

Tras la crisis de Gobierno desatada por el fracaso del islamista Abdulá Gül , en su intento de alcanzar el respaldo parlamentario, el temor a una creciente islamización del Estado ha sacado al pueblo a la calle, mientras sus representantes, ahora en la oposición, han recurrido al Tribunal Constitucional utilizando todos los recursos legales a su alcance, para que no se fuerce una investidura del islamista, que de hecho no ha conseguido la mayoría de dos tercios de la Cámara que la ley exige.

Más taxativo ha sido el ejército que, posicionándose con el sector pro-OTAN que ampara y defiende la laicidad del Estado, ha dicho que intervendrá "si se vulneran los principios constitucionales que marcan una clara separación entre religión y Estado".

ESTE ES el resultado de unas elecciones democráticas en un país libre, y entrecomillo el término democráticas porque no sería la primera vez que en unos comicios teóricamente democráticos hubiera alcanzado el poder un partido radical que impusiera prácticas absolutamente antidemocráticas, y acabara con la igualdad y las libertades. De ahí la importancia de una buena ley de partidos que impida la participación electoral a aquellos grupos que no acepten el sistema, a pesar de que su aplicación, aunque lo parezca a posteriori, no sea nada sencilla, y aun menos, cuando la mitad del electorado pertenece a este colectivo.

Turquía se agita entre dos aguas, las de Europa y las del mundo islámico. Mientras los grandes capitales del país respaldados por el grueso de los campesinos, aferrados a la tradición, apoyan el regreso de un Estado islamista, la otra mitad de la población, funcionarios, militares y la gran clase media, defienden desesperadamente la laicidad del Estado.

Para Europa Turquía es el dique de contención de un integrismo islámico, incompatible con nuestros planteamientos de igualdad, y de separación de los poderes civil y religioso en que nos basamos, pero es también su principal socio comercial.

Una islamización del Estado, alejaría a Turquía definitivamente de los principios sobre los que asentamos el estado democrático, y daría, en cualquier caso, al traste con sus posibilidades de integración en la Unión Europea, cuyos indudablemente simbióticos beneficios derivados quedarían bloqueados.

Me comentaba un amigo la emoción que le causaba el desesperado clamor de la mitad laicista de la población turca ante el riesgo de perder su sistema de libertades, toda una lección de lucha por la democracia a los adormecidos, en su bienestar, pueblos de Europa. Una emoción que yo, sin despreciar el impacto económico de una posible involución turca, también comparto.

Pero si una cosa tengo clara es que Europa tiene que apoyar incondicionalmente a los hombres y mujeres de Turquía que hoy defienden su Carta Magna.

No podría permanecer, aunque quisiera, indiferente ante estos cambios. Una mezcla de tristeza, de admiración y de miedo me aproxima a estos turcos, hombres y mujeres, que son ya parte de Europa, y especialmente a estas últimas, para cuyos derechos espero todo el apoyo internacional que se merecen, que se están ganando, y que su dignidad humana les confiere.

miércoles, mayo 02, 2007

El derecho a decidir de las mujeres

Extremadura al Día (26 abr 2007)

El presidente iraní, Mahmud Ahnmadineyad , aseguró a la televisión española que Irán quiere respetar las leyes internacionales siempre y cuando también se respeten los derechos de Teheran. Respondía así a las presiones de la Unión Europea para que Irán suspenda su programa nuclear, un tema de trascendencia internacional que ha supuesto a este país la imposición de una serie de sanciones por parte de los países de la Unión Europea, acordadas por consenso, y que al paso de los meses no presenta perspectivas de fácil solución.


Y sin embargo esta petición de respeto a las leyes internacionales resulta contradictoria con las últimas medidas coercitivas impuestas por el Gobierno de Teheran sobre la libertad de las mujeres, otra forma más de opresión para las iraníes, muchas de las cuales regalaron su confianza al Gobierno actual, tras su promesa electoral de no limitar las libertades conseguidas durante el mandato del reformista Mohamed Jatami .

Pero si la contradicción de Ahnmadineyad me llama poderosamente la atención, lo que me deja realmente atónita es la indiferencia internacional con que se recibe esta nueva medida, un atentado más contra la libertad de las personas, mujeres en este caso, y que arrolla directamente la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Carta de las Naciones Unidas , entre otros, más de siete tratados internacionales.
Y esta actitud complaciente de la comunidad internacional ante una flagrante laceración de los derechos humanos, por atentar en este caso, contra la libertad de las mujeres, me llama la atención especialmente si la comparo con el revuelo despertado en todos los países del mundo por la decisión iraní de mantener su programa nuclear, que incluye el enriquecimiento de uranio.

A PARTIR del día 23 de abril las mujeres iraníes tienen prohibido el uso de pantalones cortos o faldas estrechas y cortas, así como los pañuelos pequeños que dejan fuera parte del cabello. El régimen de Teherán no considera estas medidas como una violación de los derechos de la mujer.

Ante este tema parece que los países de las libertades , desde nuestra cómoda posición, "no queremos complicarnos la existencia con un problema que no parece capaz de influir ni a la economía mundial, ni al difícil equilibrio de relaciones internacionales, y que, al fin y al cabo, solo afecta a unos cuantos millones de mujeres...

Y si hoy la noticia viene de Irán, no olvidemos a Sudán, Arabia Saudí, los Emiratos Arabes, y demás países árabes, en los que, a excepción de Túnez, la ley discrimina sistemáticamente a la mujer, cruelmente a veces. En la mente de todos están las ablaciones del clítoris, la dilapidación por adulterio, o la imposición del burka.

Pero como estamos llamados a entendernos con un pacto de civilizaciones propuesto por nuestro presidente y puestos a movernos en un plano de respeto, se me ocurre que hay que empezar por aclarar estos asuntos, aparentemente triviales , pero que violan los principios fundamentales sobre los que se asienta nuestra cultura, y que recogidos en la Declaración de derechos humanos determina que "la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana (Preámbulo), que toda persona tiene los derechos y las libertades proclamados en dicha Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política, etcétera (artículo 2), y en definitiva que todos son iguales ante la ley y que tenemos, sin distinción, derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación (art. 7)".

Y no se trata de ponerse falda o pantalones, de llevar el pelo corto o largo, o de cubrirse o no la cabeza. Se trata de la libertad de las personas, y del inalienable derecho a elegir, se trata del respeto a los derechos de las mujeres y de los hombres, se trata de no cerrar los ojos ante la discriminación machista, y de defender los derechos universales, y entre ellos --sobre la ropa, y sobre cada uno de nuestros actos-- el derecho a decidir.

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