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La brecha digital afecta sobre todo a las personas mayores, a las mujeres y a la población del tercer mundo y acentúa las diferencias entre los que tienen acceso a las nuevas tecnologías, y los que no.
MILAGROSA Carrero (24/06/2006)
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Yo tuve el número 100, de teléfono digo, cuando era niña, cuarenta años atrás. Eran los primeros teléfonos particulares que se instalaban en los pueblos extremeños, unidos hasta entonces por una sola centralita con el resto del mundo, la vanguardia de las comunicaciones en el entorno rural. El funcionamiento era muy simple: Levantabas el auricular y al otro lado del hilo te atendía una operadora que movía las clavijas conectando los diferentes terminales. Cuando pedías una conferencia tenías que esperar, por turno riguroso, a que la línea quedara libre, circunstancia que con la creciente demanda del invento --que empezaba a desplazar al correo postal y a la telegrafía--, podía tardar en producirse varias horas, durante las cuales la gente permanecía esperando en los locutorios, o sin moverse de su casa, si estaba entre los pocos afortunados que disfrutaban de servicio a domicilio.
Por aquel entonces empezó a generalizarse el uso de la televisión, en blanco y negro, por supuesto, de canal único, y con una programación interrumpida por las noches. La estrella de las telecomunicaciones era la radio, y aunque la tecnología nos permitió contemplar en directo cómo el ser humano pisó la luna, por primera vez, todavía era impensable un mundo donde las sirenas de los móviles fueran más frecuentes que el canto de los pájaros. Recién nacidos los primeros ordenadores, su aparatoso volumen y elevado precio no permitían aún su uso por particulares.
HOY EN España hay 44.3 millones de líneas de móviles activas para 44.1 millones de habitantes, de hecho existen 200.000 líneas de móviles más que personas. La televisión pública emite por varias cadenas, hay otras privadas que emiten en abierto y de pago existen la televisión por cable y la digital. Al igual que sucede con la radio, hay canales locales y regionales además de una variada oferta de temáticos. Y en cuanto al uso de la red , y según datos de la asociación de internautas, hemos alcanzado la cifra de 5.267.424 conexiones de banda ancha a internet en febrero de este año, con un crecimiento anual del 45%, a pesar de ser, de momento, el país europeo donde las operadoras cobran más por el servicio.
El mundo evoluciona a pasos agigantados y aunque en contra de lo que algunos parecen pensar, no todo es telecomunicación, y todavía hay que trabajar el campo para obtener alimentos recogiendo a mano muchas veces sus frutos, y arrancarle las materias primas a las entrañas de la tierra, picando en las minas o trabajar en los altos hornos y las fábricas o en la construcción de casas, carreteras o puentes, hoy la tecnología digital ha llegado a todos los ámbitos laborales y personales, y prácticamente todo la gente del país tiene sus aparatos de radio, su dvd, su tele, y su teléfono móvil. Todos los servicios están informatizados y telecomunicados, y así la Administración pública, los bancos o los comercios, han incorporado las nuevas herramientas al manejo de datos. Ahora hacemos la declaración de la renta por teléfono --o desde internet--, pagamos con tarjeta y sacamos dinero en el cajero. Todo el mundo, hasta los que se creen al margen, aprovecha las ventajas de la tecnología digital, el invento que mueve los datos instantáneamente permitiéndonos ver las notas de los exámenes del niño, hablar por videoconferencia con los familiares ausentes o mover el volumen total de un negocio desde el lugar más recóndito y en tiempo real. Este artículo, por ejemplo, estará al otro lado del charco, en cuanto el periódico lo cuelgue en su página digital, en la red, donde los mensajes vuelan y las corrientes de opinión se encauzan o se desbordan.
Pero en medio de esta revolución imparable, mucha gente, bien por carecer de tiempo o medios materiales para adentrarse en el ciberespacio o bien por falta de motivación, se declara totalmente ignorante en la materia y considerándose incapaz de abrir un correo electrónico, o de hablar por el messenger, se ve privada de disfrutar de las magníficas herramientas que el progreso nos ofrece. Es lo que llamamos la brecha digital que afecta principalmente a las personas mayores, a las mujeres y a la población del tercer mundo, y que acentúa las diferencias entre los individuos y entre los pueblos favoreciendo a los que tienen acceso a las nuevas tecnologías frente al resto.
Regiones, tradicionalmente periféricas, como Extremadura, han respondido al reto de saltar al otro lado de la brecha, apostando por la sociedad de la información mediante una serie de medidas que incluyen la instalación de un ordenador para cada dos estudiantes en los IES, la creación de una Intranet que conecta por banda ancha 1.478 puntos de su administración, mediante la utilización del sistema de software libre LINEX, la incorporación de las TIC a todos los sectores de la actividad (Vivernet) y la alfabetización de la población en los Nuevos Centros del Conocimiento. Y prueba de este esfuerzo ha sido la recientemente celebrada Semana de la Blogosfera en Extremadura , que concluyó con las primeras Jornadas sobre la Blogosfera del país , del 16 al 18 en Cáceres, donde entre otras cosas se habló de la red como motor para la igualdad, y para la democracia, con un único peligro: la brecha digital .
Profesora de Secundaria
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1 comentario:
Yo nunca las he visto tan bien puestas como ESTAS...
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