miércoles, julio 05, 2006

LA LOSA DE LA ESPECULACION

Las ciudades son grandes espacios clasificadores y en las que, según la posición económica, te toca vivir en La Moraleja, Vallecas, La Sierrilla o Aldea Moret.
Cuando la experta voz del pueblo, derrochando siempre sabiduría popular, entona en "el redoble", casi un himno para la ciudad de Cáceres, aquello de "los de la calle Calero se lavan con aguardiente, y los de Camino Llano con agüita de la fuente", no hace más que marcar la histórica diferencia de estatus, que viene asociada a la pertenencia a un barrio. Esto ha sido así desde mucho antes de existir los planes de urbanismo y, por tanto, el furor de la especulación, como se observa dando un paseo por la embriagadora Ciudad Monumental de Cáceres, que nos sorprende con el brusco contraste del barrio alto, residencia, en su época de esplendor de nobles y adinerados, que se levanta en piedra, salpicado de iglesias y palacios, frente al barrio bajo, la judería, con sus humildes casitas blancas, y su pequeña ermita de San Antonio, antigua sinagoga. Es uno de tantos ejemplos que refleja, desde un punto de la historia, que siempre ha habido zonas baratas y zonas caras, convirtiendo a las ciudades en grandes espacios clasificadores, donde según la posición económica, te toca vivir en "la Moraleja" o en "Vallecas", en "la Sierrilla" o en "Aldea Moret".

Pero si tradicionalmente los factores físicos de la ubicación de una parcela o un inmueble, han determinado su precio en el mercado, siendo hasta cierto punto lógico que se pagara más por los lugares bien situados, bellos, y cómodos, la acción combinada de los especuladores, y de los determinantes planes urbanísticos, ha arrastrado inevitablemente al progresivo encarecimiento de la cotizada vivienda, habiéndose alcanzado un incremento interanual del 19% en nuestra comunidad autónoma, que con un tremendo esfuerzo por parte de la Junta de Extremadura y sus PIR, está logrando mantenerse como la región donde la vivienda es más barata, saliendo el metro cuadrado a un precio 3,5 veces menor que en el País Vasco, es decir: un metro cuadrado de allí, se cambia por tres y medio de Extremadura.

Cuando hace unos diez años, y respondiendo al mandato constitucional del derecho a una vivienda digna, empiezan a quedar cubiertas las necesidades básicas de vivienda para la población más desfavorecida, que hasta entonces malvivía en chabolas prefabricadas en los márgenes de las carreteras de acceso a nuestras ciudades, la principal prioridad para el Gobierno Regional va a ser contrarrestar la incesante subida del precio de la vivienda, provocada por la especulación de los terrenos, especialmente en los núcleos de población más importantes, garantizando la Junta de Extremadura su oferta a precios asequibles, a partir de 60.000 euros (10 millones de pesetas), y cuyo valor medio no superará los 138.000, unos 23 millones de pesetas, mediante un Proyecto de Interés Regional, que permite agilizar los trámites para edificar viviendas, y que ha desatado un aluvión de críticas de ciertos sectores que tienen mucho que perder, y de otros que sólo tienen que ganar.

Las presiones para evitar que la Junta construya el total de las viviendas previstas es de tal envergadura que los capitales afectados no han dudado en desatar una campaña contra todos y cada uno de los proyectos diseñados por la Agencia Extremeña de la Vivienda, el Urbanismo y el Territorio, e incluso contra los políticos responsables de su realización, atreviéndose a desdeñar la labor, y el conocimiento de su presidente, Javier Corominas, e incluso buscando el desprestigio de nuestra amiga consejera y actual ministra de la Vivienda, María Antonia Trujillo que se enfrenta a un reto similar, a nivel de Estado. Hoy los escándalos urbanísticos salpican con cifras millonarias las páginas de los periódicos, y hace unos días, sin ir más lejos, daba un vuelco la "operación Malaya", contra la corrupción inmobiliaria en Marbella en su segunda fase, con la detención de treinta personas, entre las que hay trece exconcejales del consistorio marbellí, trece constructores y cuatro relacionados con la corporación.

Y aunque esto no es la costa de Málaga, sospecho que la política de vivienda de la Junta de Extremadura va a perjudicar enormemente a algunos intereses al frenar directamente su encarecimiento, combatiendo la especulación del terreno; Y no me extraña que los afectados se resistan, luchando con uñas y dientes, atacando el proyecto de "los Llanos de Cáceres", tachando al PIR de intervencionista, o poniendo pegas contra las esperadas 1992 viviendas del "Junquillo". Para ellos se trata de obstaculizar, y organizar campañas contra una política de la Junta que todos los extremeños de la clase media estamos esperando como agua de lluvia para quitarnos de encima la losa de la especulación.
MILAGROSA CARRERO SÁNCHEZ
Profesora de Secundaria
milagrosacarrero-vivencias.blogspot.com/
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1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo nunca las he visto tan bien puestas como ESTAS...