martes, julio 18, 2006

Entonces nuestro mundo era pequeño

Milagrosa Carrero Sánchez
18 jul 2006


La feria de Cáceres se celebraba en lo que entonces era una, en mis recuerdos, árida explanada, que ahora ocupan los barrios de Moctezuma y del Nuevo Cáceres. A duras penas la ciudad había franqueado el límite de “la cruz de los caídos”, -anacrónico homenaje a los muertos del bando nacionalista durante la guerra civil - y los bloques de pisos aun no llegaban hasta el localmente famoso por su altura, bloque de “la estrella”.
Tampoco existían los barrios de "la Mejostilla", la R-66, los Fratres, el Arco, Cabezarrubia, los Castellanos, el Vivero, o la Sierrilla, y Aldea Moret, era como un pueblo, para los cacereños. El único parque de la ciudad, paseo obligado las mañanas del domingo, era el de Canovas, Calvo Sotelo incluido, porque el parque del Príncipe era probablemente una incipiente idea y el del "Rodeo" un barrizal, junto a los únicos tres institutos de la ciudad, suficientes para una población en la que acceder a los estudios a partir de los 10 años, no había sido hasta entonces, ni siquiera obligatorio: El femenino, el masculino, y el de formación profesional, de entonces, Virgen de Guadalupe, todo un lujo teniendo en cuenta las limitaciones de la red de centros en las zonas del entorno rural, donde apenas existían IES, por más que en un desesperado intento de los vecinos locales por proporcionar a sus hijos cierto nivel académico, habían favorecido la aparición de pequeños "colegios" privados, inicialmente libres, y que funcionaban posteriormente como "libres-adoptados", en pueblos como Brozas o Alcántara, para que los jóvenes estudiantes no tuvieran que salir de "casa".
Si los Institutos eran escaso, los centros de salud brillaban por su ausencia, especialmente en los pueblos, donde la consulta del "médico de cabecera", hacía la veces de los servicios básicos. En Cáceres teníamos "el ambulatorio", que agrupaba un abultado número de consultas, en cuyas interminables esperas se acababa conociendo a cada enfermo.
Pero si la asistencia médica conservaba el sabor de lo rústico, de otros lujos apenas habíamos oído hablar, y así sólo algunos pueblos de la sierra, disfrutaban de piscina, y siempre y cuando, contaran con un riachuelo que pudiera transformar alguno de sus tramos en piscina natural, con la ayuda de una sencilla presa. En el resto de los pueblos, la gente a falta de río, y aunque los jóvenes no consigan creérselo, sólo podían refrescar la sequedad del estío extremeño, remojando el gaznate con un buen chorro de agua de botijo curado con anís, que a nadie le faltaba. Aunque a decir verdad, jugar a remojarnos, con más o menos garantías de higiene, también jugábamos aprovechando las "charcas", medio vacías en verano, y que compartíamos con las vacas y ovejas que en ellas abrevaban. En Brozas, en Arroyo, Malpartida de Cáceres, o el Casar, a falta de piscina, las usábamos como si de la playa se tratara, y mientras el padre tiraba la caña por si picaba alguna tenca, chapoteábamos los niños, y la sufrida madre refrescaba junto al agua las fiambreras con el pollo, y las tortillas.
En las ciudades era otra cosa, aunque en Cáceres, por ejemplo, sólo existían el complejo de la ciudad deportiva, que data de tiempos de Franco, la del casino (la Colina), y la de la Cañada, estas dos últimas de titularidad privada. Y de piscina climatizada ni soñarlo. Eran otros tiempos... Tiempos en los que el ocio, y la cultura no estaban subvencionados ni por la Junta, ni por las Diputaciones, ni por Patronato alguno, o Fundación; Cuando en los pueblos teníamos que entretener el verano con vaquillas y verbenas, a falta de los programas estivales de actividades culturales, que ahora amenizan con espectáculos teatrales o musicales la estrelladas noches de nuestros pueblos.
Pero estoy hablando de un tiempo remoto, en que aun no había actividades extraescolares en los colegios, y para ser universitario tenías que emigrar a otra región, porque a excepción del magisterio, y la enfermería, la universidad era un sueño acariciado, y la investigación una entelequia.
De aquel tiempo nos separan casi unos cuantos años de laboriosa construcción sobre una tierra hundida en un histórico abandono, carente de infraestructuras, sin apenas industrias, y además de aislada en el espacio, sedienta de servicios; Una Extremadura que se iba despoblando sangrantemente, víctima del paro, y de la falta de oportunidades.
Entonces Extremadura era un universo que se quedaba pequeño, y aunque el paisaje resulte parecido, y todavía algunas carreteras de la red secundaria se vayan mereciendo una justa mejora del trazado y ampliación de la anchura, con incorporación de arcenes, y acaso carril bici, - ¡Cuántas veces me quejo de la de mi pueblo, la Ilustre Villa de las Brozas! - hemos llegado hasta aquí desde el olvido, y hoy el servicio de Salud extremeño está valorado como el mejor del país, la UEX además de impartir 77 titulaciones, realiza punteras investigaciones en campos como el aprovechamiento de residuos agrícolas y otros cultivos para producir combustible, y electricidad, el Centro de Mínima Invasión avanza en microcirugía, tenemos nuestras propias cadenas de radio y de televisión, contamos con una Intranet autonómica, estamos a punto de culminar esa red de autovías que nos convierte en un lugar estratégico, y los proyectos a corto y medio plazo casi se tocan con la punta de los dedos: Aeropuerto de Cáceres que se sumará al de Badajoz, Plataforma logística, Gran Cooperativa regional, AVE...
El crecimiento de la economía extremeña está por encima de la media nacional con el 3.8%, sólo superado por Madrid, el paro ha descendido a la mitad, según los últimos datos referidos al mes de junio, y los centros comerciales se dan tortas por acceder a nuestro mercado. Ahora ya podemos decir que hemos salido de la pobreza, que nadie lo dude, en un salto abismal que aleja definitivamente hasta el recuerdo aquella otra realidad en que nuestro mundo era pequeño.
Milagrosa Carrero Sánchez
Profesora de Secundaria

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Aprende. Y sin pagarme nadie. Ningún P$OE facha de por aquí. Mujer tenías que ser para doblegarte al machito mandón de Ibarra...

Milagrosa Carrero Sánchez dijo...

¡Qué sutileza en tus planteamientos misóginos! ¡Cuanta exquisitez en tus “coces”machistas!. Es una pena que yo sea mujer, porque si no lo fuera podría opinar de todo, sin que mentes “brillantes” como la tuya, intentaran evitar mi participación en la vida pública ¿No?.
¡Ya te gustaría a ti que mi mente fuera débil, por femenina, y además manipulable!. Sería la forma más cómoda de evitar la competencias de media humanidad, pero la violencia machista, en su más amplio sentido,está inventada ya, y pasada de moda por estas latitudes. Te sugiero otra estrategia política para atacar a esa mayoría que apoyamos al gobierno regional del PSOE.
Y si a "tu neurona" (¿o tienes dos?) le resulta difícil pensar que una mujer sea capaz de tener criterios políticos, lo siento por las mujeres de tu entorno...
He querido publicar tu absurda intervención como ejemplo de mentalidad machista.
¡Que lo pases bien por la caverna!
Pd: Se te ha olvidado firmar tu valiente intervención

Anónimo dijo...

Mira, guapa, lo de ser mujer lo digo porque perteneces o apoyas a los sinvergüenzas del P$OE, esos que dieron la orden, e impusieron en su caso, allá por los ochenta, aquello de que sus dirigentes tenían que cambiar de coche, casa y coño, las famosas tres ces (c)... Lamentablemente eso de "mujer tenías que ser" lo digo por tu condición de no querer usar la libertad, de tu servidumbre voluntaria en ese partido y a sus berracos inútiles... Tal vez no te quede otra...