¡Que suerte ser "masoca"!

Milagrosa Carrero


El Plural / Tribuna libre

15/11/2006

Extremadura al día
11 nov 2006

¿Ninguno de ustedes es "masoca? Pues anímense. No imaginan las ventajas de tal inclinación puede proporcionarles. Aprovechen para comprarse el colchón más barato del mercado, disfruten con la trayectoria del Cádiz, o háganse alegremente socios del "Elche"con grandes dosis de placer, y si definitivamente les va "la marcha" den un paso más, y háganse militantes del PSOE cacereño, antes de que Ibarra pase a un segundo plano. Difícilmente encontrarán otra ocasión como esta para deleitarse, con los continuos bochornos, a que el líder socialista somete, repetidamente, a las sufridas bases del partido.Y el caso es, que cuando pienso en su última salida de tono, en el tema de "las Carmelitas", mi perplejidad es mayor que mi sensación de ridículo, y no alcanzo a comprender, por qué lo que ayer, el grupo municipal socialista, consideraba un pelotazo, ahora merece el respaldo de Ibarra, y la consiguiente vergüenza de los concejales socialistas, ni cabe en mi mente por qué los problemas de tráfico, y de densidad de población, que implicaba hasta hace unas horas, la realización del proyecto, han dejado de ser un inconveniente, para el futuro de la ciudad; Ni mucho menos me imagino, por qué la irrisoria cantidad que el ayuntamiento va a cobrar por la recalificación del terreno, deja de suponer, súbitamente, una cuantiosa pérdida económica o robo manifiesto a todos y a cada uno, de los cacereños.

En este tema hay tantos intereses en juego, que la gente puede pensar de "todo". Yo, que soy limpia de corazón, no tengo más remedio que preguntarme, si Juan Carlos, que debe considerarnos "tontos" a todos los cacereños, no pretende hacer campaña electoral a favor de Saponi y contra Carmen Heras, que ha pregonado a los cuatro vientos, ayer la última vez, su oposición a ese proyecto en sus actuales términos, detallando, minuciosamente, los motivos. Ahora, nuestro original Presidente, siguiendo su habitual costumbre de ridiculizar a sus compañeros de filas, deja a la altura del betún al grupo municipal socialista, cuya única salida digna, sería pasar de la demostrada prepotencia del "dedo del Cesar", que diría Corcovado, y responder a la confianza que hemos depositado en ellos, los que los hemos votado.

Que me perdone el Sr. Ibarra, porque no querría que se alterara, pero sería una inconsecuente si me callara, esta vez, en un tema tan importante para la planificación urbanística de Cáceres. La formula ideada por el Presidente de regalar un voto a Saponi para subsanar el giro de Vela, siempre me ha parecido, un estúpido pretexto para justificar su escasa determinación de que el PSOE consiga gobernar en la capital cacereña, pero en este caso concreto, que van a ser sacrificados, los intereses de la ciudad, me produce vergüenza ajena.

Campanada tras campanada, Juan Carlos Rodríguez Ibarra se retira de la Presidencia, a lo grande y si, en su día, fue responsable del malestar generado en el seno de la agrupación socialista de Cáceres, por su falta de tacto, al interferir, con su prematura presentación de Carmen Heras, como candidata a la Alcaldía, saltando los plazos, y los procedimientos, marcados en los propios estatutos del partido, y del mismo modo que, durante años, ha machacado a los socialistas cacereños con su empeño en negarse a la autovía Cáceres-Badajoz, para justificarla finalmente, en base a la Plataforma Logística, y al futuro aeropuerto, en vez de, al desarrollo de las propias ciudades implicadas, Cáceres incluida, hoy, por ejemplo, en pleno proceso de paz, liderado por Rodríguez Zapatero, se ha atrevido a decir que nos dan lo mismo, 900 muertos que 901. "¡Total una vida más!" ¿no es eso?.

Pues oiga: ¡no! ¡Ya está bien! A mí, desde luego, no me da lo mismo, y dudo mucho que haya voluntarios, para apuntar a alguno de sus seres queridos al fatídico número. Yo, personalmente, no quiero que exista un 901, como no he querido los anteriores 900.

Con que, lo dicho: Si es usted socialista, no dude en dar el paso, y apresúrese a solicitar su militancia en el PSOE cacereño, antes de que Ibarra baje un peldaño más, porque con este simple procedimiento burocrático, habrá hecho suyos, un amplio abanico de tortuosos sentimientos, desde la vergüenza a la indignación, un mundo de sensaciones inexplicables, que lo sumirán en una continua "sensación", valga la redundancia, de estar haciendo el ridículo, todo el tiempo, y con sólo una única condición: que tenga la suerte de ser un "masoca".

Milagrosa Carrero Sánchez
Profesora de secundaria

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