miércoles, agosto 15, 2007

Oye una canción (crónica del concierto de Serrat y Sabina)


Extremadura al día
13 ago 2007

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"Perdóname si / hoy busco en la arena/ una luna llena / que arañaba el mar /...Es una carta de amor / que se lleva el viento /pintado en mi voz / a ninguna parte / a ningún buzón..." Las voces de Sabina y Serrat se entremezclaban en el hípico de Cáceres acariciando nuestros oídos. Todos cantábamos a coro, algunos con el pañuelo a mano por si alguna indisciplinada lágrima se obstinaba en celebrar la nostalgia de 30 años de recuerdos.

Desde que la primera nota rompió el alborotado murmullo de la noche empezamos a olvidar la hora larga de caravana que nos condujo hasta el recinto. Nueve mil personas estima el periódico, diez mil según mis estimaciones, y contando esa tercera parte del graderío, reservada a autoridades.

Todos esperábamos el concierto antológico de los dos magníficos poetas, y a las 9 de la noche los accesos al hípico volvían a estar, como en cada feria y en cada evento, colapsados. A eso de las 10 los polvorientos caminos privados que atraviesan los aledaños del ferial comunicándolo con el Nuevo Cáceres parecían, en la distancia, sembrados de minúsculas lucecitas, que no eran otra cosa que más coches intentando acceder campo a través, por, pistas de tierra, más o menos improvisadas.

Por desgracia, la ciudad sigue pendiente de que se solucione el incomprensible problema de los accesos al ferial, cuestión que como todas podríamos traducir a términos económicos, y que se aliviaría ensanchando la insuficiente veredita que, a partir de la rotonda, da entrada al recinto

Y con la vieja sensación de que todo sigue igual, logramos aparcar el coche en medio de un descampado, que nos viene haciendo las veces de parking. Llegado a ese punto descubrimos que la cola a la entrada principal llegaba poco menos que --exagerando lo indispensable para que se me entienda-- a la estación de autobuses, por lo que armándonos de valor nos plantamos a esperar otra hora larga para acercarnos, muy lentamente a la puerta, que abrió demasiado tarde, por alguna incomprensible falta de previsión, causando en el pueblo llano y soberano ligeros síntomas de desesperación y el agravamiento de hemorroides, varices, y otras dolencias. Mientras tanto, y gracias a que el concierto estaba organizado por el Comisariado del Centenario de Guadalupe, numerosos invitados entraban cómodamente por una puerta lateral al graderío de autoridades, y que venía a corresponder a una cuarta parte del total de asientos.
Por fin, con la extraña sensación de ser de los pocos que han pagado, y una cerveza en una mano, me mezclo con la cálida muchedumbre, e intento borrar de mi mente la más sórdida imagen de la noche, la alambrada que, como no recuerdo ni en los peores tiempos del franquismo, separaba las gradas de los invitados de las del resto del pueblo, imagino que por una cuestión de seguridad, pero perfectamente justificable, cuando se trata de asegurarse la comodidad de unos asiento con buenas vistas, que solo van a ser disfrutados por una mínima parte de los asistentes.

Y entonces, cuando empiezan a compartirse vasos de plástico, cigarrillos y otras drogas blandas, salen los dos ´monstruos´. Sabina está recuperado, casi guapo, diría yo, y alguna neurona dormida se activa en mi mente transportándome a momentos vividos y soñados a lo largo de los 30 últimos años, y siempre con esa misma música de fondo, y los bellos poemas, un poco nuestros, de sus canciones:
"Partiré de viaje enseguida /a vivir otras vidas, /a probarme otros nombres, /a colarme en el traje y la piel / de todos los hombres /que nunca seré".

Entre pucheros acompañamos con nuestras voces cada tema con entrega, y regresamos, con la miel en la boca, en busca de esa copa entre amigos que culmina una noche especial. Lamentablemente los bares, respetando el estricto horario, ya no servían, y volvimos a casa entre turistas que sorprendidos comentaban: "Qué pena de Cáceres, ¿quien la ha visto y quien la ve", y canturreaban:

"De par en par he abierto los balcones, / he sacudido el polvo a todos los rincones / de mi alma. / Me he dicho que la vida no es un valle / de lágrimas- y he salido a la calle / como un explorador. / He vuelto a tropezar con el pasado/ y he pedido, en el bar de mis pecados, / otra copa de ron. / Y en otros ojos me olvidé de tu mirada / y en otros labios despisté a la madrugada / y en otro pelo / me curé del desconsuelo / que empapaba mi almohada".

4 comentarios:

aris dijo...

Carmen Heras se va de “For You” y “le coge el gusanillo”.
Carmen Heras y Fernandez Vara se van de marcha, Extremadura va bien despues de las últimas elecciones y ellos están dispuestos a celebrarlo por todo lo alto acercándose al recinto ferial cacereño a “ponerse” con el Serrat y el Sabina, dispuestos a “matar dos pájaros de un tiro” y acabaron matando una “bandá”.

Ya lo decían Marx y Engels en el “Manifiesto Comunista“:
“Los burgueses socialistas considerarían ideales las condiciones de vida de la sociedad moderna sin las luchas y los peligros que encierran. Su ideal es la sociedad existente, depurada de los elementos que la corroen y revolucionan: la burguesía sin el proletariado.”

Los “burgesillos cacereños”, no parece que tengan intención de pelear por el cambio radical que necesita la Ciudad de Cáceres. Heras (que parece que se desmelena) dijo que “éste concierto no será el último” y, el próximo 30 de agosto se piensa traer a Chayanne.

En cuanto a los accesos al “gueto copero”, que es en lo que se ha transformado al recinto ferial, no parece que le origine ningún tipo de trastorno a la New-Alcaldesa ni a ninguna Autoridad que, enfrascados en “su alambrada”, habrán disfrutado del concierto por encima de las cabezas de los “proletarios” (atascados en carreteras, caminos y cola de entrada) sin pagar y en una supuesta posición de privilegio (hasta que les dure).
Solventado el concierto, al parecer con mala organización y faltas de previsiones, el “proletariado” se va contento a seguir disfrutando de una noche de verano pero, “las copas”, se las tendrá que tomar en casita o en la fría nevera de un hotel y, en la salida, se escuchaban las voces de los turistas que comentaban la imposibilidad de continuar el “goce nocturno”en la aspirante a “Capital Cultural”.

Los “turistas” tienen mucha razón:

Cáceres, ¡quien te ha visto y en lo que te han convertido!.

Anónimo dijo...

Que pasa Doña Milagros? ya no habla tan efusivamente de su querida Carmen Heras y ahora ha empezado a criticar a sus "compañeros" de partido que van por toda la geta a los conciertos (envidiosa,eh?).

Enfadada porque no le ha caido ningún puestito después del peloteo que ha hecho a Vara y Heras?

Milagrosa Carrero Sánchez dijo...

Cundo los socialistas apoyamos una actuación del Gobierno socialista, de “ la Junta de Extremadura”, de alguna Diputación o Ayuntamiento del PSOE, para algunos estamos haciéndoles la pelota, y dándoles coba con la única intención de obtener algún tipo de prebenda o favor a cambio, pero cuando criticamos alguna gestión también somos malos, porque entonces lo hacemos por envidia o despecho.
Por suerte mucha gente, entre los que me encuentro muy a gusto -algunos del PSOE- aun tenemos ideales, y actuamos en conciencia. Precisamente la visión crítica es una de las características de la izquierda.
Por mi parte considero que el análisis, la crítica, y el compromiso son los motores del progreso social.

Anónimo dijo...

me parece que tienes una ravieta por no haber sido invitada tu, a este concierto,y estar como dices por encima del pueblo llano,,jaja me da risa,pero me alegro de tu ravieta,saludos