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domingo, febrero 24, 2008

De blanco y por la iglesia

A menos de un mes de vida de Cáceres Laica y gracias a mi papel de madre de la criatura, he tenido la oportunidad de analizar las diferentes reacciones de los cacereños con respecto a un tema tan importante como la separación de la Iglesia y el Estado, llegando a la conclusión de que el poderoso apoyo popular que esta iniciativa ha despertado sólo puede deberse a que el terreno estaba ya abonado y muchos esperaban como a "agua de mayo" la ocasión para manifestar su posición laicista.
La gente que me conoce me ha parado por la calle para decirme sus diversas opiniones, y algunos hasta me han hecho reír como un licenciado universitario que me preguntó que era eso del laicismo, u otra compañera de secundaria que, a mi invitación a participar, me respondía: "A mi me gustan más "las bodas por la iglesia". A mi compañera y a todos aquellos que piensen que el laicismo se opone a las ceremonias religiosas, bodas, bautizos, o funerales quiero sacarlos de su grave error. El laicismo no pretende imponerle a nadie la comunión o no con una determinada religión o doctrina, sino al contrario, defiende precisamente la libertad individual de cada cual para elegir como se casa, como se entierra, o como da el salto a la pubertad.
Los laicistas defendemos la libertad de conciencia individual dentro de un estado laico, y sencillamente aspiramos a que la aconfesionalidad recogida en nuestra Constitución se materialice en una sociedad donde las distintas opciones religiosas sean verdaderamente libres, y no se perpetúe la actual situación de privilegio de la iglesia católica con respecto al resto de los grupos religiosos y las asociaciones.
Así pues, queridos amigos míos, defendemos, entre otras cosas, la autofinanciación de la Iglesia Católica, la eliminación de la enseñanza religiosa del horario lectivo de primaria y secundaria, y la igualdad de todos frente a la Ley, pero como ya sabréis la mayoría, no entramos ni salimos en que alguno se case o se descase, si quiere, ante un altar, de blanco o por la iglesia.

lunes, febrero 18, 2008

UN REGALO

constitución Cáceres Laica








Rumbo al Horizonte.El periódico

Hoy he disfrutado una experiencia unos dirían que “religiosa”, y otros que mística. Ha sido una experiencia compartida, como la mayoría de las buenas experiencia, que me ha hecho sentirme pletórica entre casi medio centenar de personas que han sacrificado su tarde del viernes para unirse al acto de constitución de Cáceres Laica.

Hemos entrado a las siete de la tarde, aunque algunos estábamos allí desde una hora antes, y hemos salido a las diez de la noche, entre otras cosas porque cerraban.
Los puntos del orden del día estaban claros pero no hemos querido sustraernos a la tentación del coloquio, del intercambio de ideas, todas muy claras y las fundamentales la necesidad de relegar al ámbito privado las distintas creencias religiosas que individualmente podamos o no profesar, hacer efectiva la separación de la Iglesia y del Estado, y fundamentar nuestra sociedad en el derecho a la libertad de conciencia.

Todos nos quejábamos de vivir en un Estado, donde de manera contradictoria al contenido de la propia Constitución el hecho religioso impone su presencia en la vida pública, en las habitaciones de los hospitales se cuelga un crucifijo, en vez de un quirófano se construyen capillas, se coacciona a muchos niños a asistir a la clase de religión en los colegios con la amenaza de la exclusión discriminatoria, se paga a capellanes castrenses con el dinero de todos los contribuyentes, y los alcaldes y las alcaldesas, los concejales y las concejalas van a las procesiones representando a los Ayuntamientos democráticos.

Entre los asistentes estaban Angel Luis, Mª José, Pepe, Cristina, Julia, mis hermanas…¿Cómo podría yo devolverles este regalo? Ayer sólo supe hacerlo con una sonrisa de oreja a oreja; Hoy se lo agradezco con una húmeda emoción no contenida mientras leo los “deliciosos” como diría Mª José buenos días de Angel Luis….

Milagrosa Carrero

15 de Febrero: Un viernes histórico

Extremadura al día
Rumbo al Horizonte
Estaba leyendo la movida de los Obispos e intercambiando información por gmail cuando, sin mediar iluminación divina alguna, decidí que iba a organizar una Asociación Laicista. Dicho y hecho se lo dije a cinco personas, muy allegadas, y todas secundaron el proyecto entusiasmadas. A la semana, y sin habérnoslo propuesto nos llovían ofertas para participar, y crecía nuestra lista de correos. Antes de notificarlo a la prensa la onda expansiva provocada por la combinación de efectos "Boca a boca", los emails, y la telaraña de redes por la que pululan nuestros blogs ha causado un impacto imprevisible que ha descubierto ante nuestros ojos la cantidad de gente que esta harta de tanto "rollo clerical" tanto golpe de pecho, y tanta doble moral. Gente que compartimos la necesidad de basar nuestra sociedad en los valores de las leyes civiles frenando el imparable empuje de las continuas intromisiones religiosas, ciudadanos y ciudadanas decididas a no dejarnos imponer la moral de las distintas confesiones, personas nada dispuestas a consentir la incomoda situación que de hecho nos mantiene sumergidos en una sociedad limitada y condicionada por la iglesia católica.El viernes 15 de febrero, a las 19.30 horas en el Edificio Valhondo (Antigua facultad de filosofía y letras) en el tradicional Barrio de San Blas de Cáceres se celebrará la Asamblea de Constitución de Caceres Laica abierta a todos los interesados en participar en el proyecto, como se recoge en la convocatoria publicada en la Web del colectivo .
Será un día histórico, en el que un importante grupo de cacereños -no se si por primera vez en la historia de la ciudad- y amigos de toda Extremadura agruparemos nuestros esfuerzos para defender la libertad de conciencia con que nos amparan nuestra Constitución y la declaración universal de los "Derechos Humanos", una libertad que nos garantice el derecho a la convivencia en un mundo donde las religiones y los distintos dogmas se limiten a formar parte de la vida privada de las personas que los profesen pero no pretendan interferir en los poderes públicos.