El Periódico Extremadura 16/06/2007
Las guerras son como las infecciones, difíciles de aislar. Tanto que en los cuatro años posteriores al 11-S ha habido al menos diez mil actos terroristas con 37.000 heridos y 18.000 muertos.
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Extremadura al día
14/06/2007
El riesgo de acabar rigiéndonos por la ley de la selva será más próximo cada vez que se imponga la razón del más violento
He leído en la prensa que cuatro mezquitas suníes acaban de ser atacadas en respuesta a la destrucción de dos minaretes chiíes, que Hamás ha volado un túnel situado debajo de un cuartel de las fuerzas de seguridad de Al Fatah matando a varias personas, que al menos diez personas han muerto tras una enorme explosión sucedida cerca de una playa en el centro de Beirut, que la bebé de seis meses que el pasado domingo ingresó en el hospital Sant Joan de Déu de Barcelona tras ser presuntamente maltratado deberá ser operada de una fractura en el parietal izquierdo, y que tres menores de entre 14 y 15 años han sido detenidos en Valencia por su supuesta implicación en una pelea registrada junto a un instituto de Secundaria, en la que resultó herido de gravedad, por puñalada, otro chico de 16, ingresado con pronóstico reservado en el hospital La Fe.
La lista continúa y ya son 53 las mujeres asesinadas en nuestro país por violencia de género.
En medio de las grandes urbes, de la impresionante tecnología que hemos llegado a dominar, y del vertiginoso desarrollo de las nuevas tecnologías, la violencia sigue siendo el método de imposición más utilizado.
En los últimos años hemos visto como los conflictos bélicos asolaban Africa y el desastre de la guerra ha azotado a Angola, Burundi, el Chad, Congo, Liberia, la República Democrática del Congo (antes Zaire), Ruanda, Sierra Leona, Somalia, Sudán, Costa de Marfil, Kenia, Nigeria y Uganda.
TANTO EN los países africanos como en Oriente Medio, otra zona terriblemente castigada por la violencia, la principal causa de conflictos son los intereses económicos, especialmente el control sobre el petróleo, no en vano las reservas petroleras de Irak son las segundas más grandes del planeta después de las de Arabia Saudita.
Porque cuando se trata de mantener el control sobre las materias primas, o mantener los precios, el Gobierno de Estados Unidos no ha tenido inconveniente en ofrecer apoyo a dictaduras como Arabia Saudita, Indonesia, Zaire; luchar contra democracias como en Chile y Nicaragua; o inventarse los pretextos más pintorescos para justificar una guerra como la de Irak.
Pero las guerras son como las infecciones, difíciles de aislar, y así en los cuatro años posteriores al 11-S ha habido al menos diez mil actos terroristas con 37.000 heridos y 18.000 muertos.
Cinco mil años de historia nos han servido para disponer de las armas más destructivas y los escudos antimisiles más sofisticados, pero no para desterrar de nuestra caja de herramientas la más obsoleta de todas, la violencia, una conducta que no siendo nueva, ni mucho menos, llama poderosamente nuestra atención por el contraste con nuestro mundo desarrollado.
Y mientras los padres maltratan a los hijos con el pretexto de educarlos, los hombres usan la violencia contra las mujeres con la intención de ejercer sobre ellas su control, los adolescentes acosan a los compañeros que no se ajustan al patrón establecido por el grupo, y los países poderosos invaden a los débiles generando conflictos que los justifiquen, hay quien no ve bien que nuestro sistema educativo incorpore, con carácter obligatorio, una nueva asignatura que trate de educar a los niños y adolescentes en el ejercicio de sus derechos y de sus libertades, enseñándole valores democráticos, derechos humanos, tolerancia, solidaridad y conservación de la naturaleza.
Entre educar en el respeto, la pluralidad, y el diálogo, como método de resolución de conflictos, o dejar que nos invada un modelo de sociedad que basa su sistema de relaciones en el uso de la violencia, y que hace del uso de las armas un derecho constitucional, yo francamente me inclino por lo primero.
De no lograr que prevalezca nuestro sistema de valores, mal asunto para los niños, para los pobres, para las mujeres, para los viejos, para los débiles y en general para los diferentes, porque el riesgo de acabar rigiéndonos por la ley de la selva será más próximo cada vez que se imponga la razón del más violento.
3 comentarios:
Hola guapa, soy un compañero de jj.ss de aquí de Cáceres, que acabo de conocer tu blog.
Buen trabajo y, ahora a gobernar.
Un besito
Gracias "compi".
Besitos
a gobernar ???? joder cuanto peloteo.
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