sábado, octubre 22, 2005

LOS DÉBILES NO ESTÁN DE MODA

Los viejos no están de moda, es cierto, pero no son los únicos, tampoco se llevan los niños, los enfermos, los que padecen disminuciones físicas severas, y nadie que arrastre problemas lo suficientemente importantes como para condicionar su vida. Hasta hace poco, más de una, nos hemos sentido excluidas de “la movida” del grupo de amigos cuando nos quedábamos embarazadas. Últimamente las embarazadas comienzan a enseñar orgullosas su maternal barriga, atreviéndose a reivindicar su derecho a no dejarse arrinconar, pero todo ello a costa de aguantar el chaparrón haciendo con que no pasa nada, o sea, un poco tragándose los problemas, un poco a solas.
La imagen ideal, “ideal”, en la vorágine de nuestro mundo competitivo y agresivo, es la de un hombre, sano, preferiblemente musculado, que presuma de un ritmo de vida trepidante, y carezca de responsabilidades directas. Cualquiera que vea los anuncios puede darse cuenta de lo depreciadas que quedan cualidades como la paciencia, la sabiduría, o la experiencia. Ningún “Premio Nobel de Física” se hace millonario vendiendo exclusivas de sus divorcios o bodas. Sólo hay que ver los anuncios : No te venden yogurt, te venden salud, ligereza, no te venden polvos de cacao, te venden vigor, atrevimiento, juventud, no te venden champú, te venden un pelo según el cual, ningún calvo lo es por gusto con tan fácil solución, no te venden camisetas, o perfumes, te venden la promesa de seducir con el cuerpo escultural, de menos de 30 años, que misteriosamente se te va a “quedar” nada más usar el producto en cuestión objeto de la campaña, es decir, te venden nada menos que “la belleza”.
Claro, que lo peor no es este hecho, sino sus motivaciones, y sus consecuencias, es decir la engañosa mentalidad que nos empapa, y que se realimenta con la magia de la publicidad. Porque es verdad que casi todos, digo casi, tenemos un momento en la vida en que somos jóvenes, guapos, sanos, y estamos llenos de energía, pero ¿alguien no ha sido niño, no ha sufrido enfermedades a lo largo de su vida, no llegaremos gran parte de la población a viejos? Y a pesar de esta evidencia, el mundo sigue estando diseñado para los fuertes, y ni te plantées usar el metro si necesitas apoyarte en un bastón, o coger un autobús sin ayuda, si eres invidente, ni improvisar un largo paseo si vas en una silla de ruedas.
Si los disminuidos físicos lo tienen crudo, tampoco lo tienes fácil si intentas moverte por cualquier ciudad o pueblo arrastrando un “cochecito” de niño. Para semejante osadía prepárate a fondo : Olvídate de medios de locomoción públicas en horas punta, si no quieres perder al niño por el camino, y ves al gimnasio previamente, si no estás cachas, porque te va a tocar coger “en peso” al cochecito, con el niño incluido, docenas veces, mientras llega la grúa municipal para que te abra paso entre los coches mal aparcados que ocupan las aceras y los pocos huecos construidos al efectos.
Y si el diseño de nuestras ciudades y nuestras formas de vida ignora por completo las necesidades de los viejos, enfermos, niños, y disminuidos, no es menos alarmante lo encasilladas que han quedado estas imágenes. Porque hoy por hoy, se diría que uno tiene que esconderse hasta los quince, y desde los treinta. Nunca entiendo porqué en las películas y series todos son guapos, jóvenes, y cachas, los niños apenas tienen presencia, y los abuelos aparentan la misma edad que los nietos. No tiene nada de extraño, que esta insistencia en despreciar a los débiles, frente a la supervaloración de la perfección corporal, se traduzca en que tus sobrinos, o tus nietos, no te digan adiós por la calle por miedo a quedar en ridículo ante sus amigos. Una reacción hasta cierto punto lógica, si tenemos en cuenta que, en los establecimientos, y las zonas donde se mueve la chavalería, está fatalmente visto que se cuelen un grupo de “puretas”, y aun peor que alguien cometa la transgresión de llevarse a los niños, porque seguro que le ahuyenta la clientela al dueño del local.
Resumiendo: Si eres viejo, y no quieres sentirte desplazado, a ver donde te atreves a alternar, porque si te va el rollo de la marcha, y pasas de los cuarenta, ya puedes ir buscándote un buen disfraz rejuvenecedor, bajo pena de ser el hazmerreír del grupo, y esto, si tienes la suerte de no tener aspecto de “paleto”, de lo contrario, mejor quédate en tu pueblo, o mira por donde andas. Y un consejo para seguir integrado, si tu problema es que estás enfermo: Procura que no se te note, y sonríe despreocupadamente bromeando sobre temas intrascendentales. Que todos piensan que estás “a tope” de vitalidad, y exento de preocupaciones.
En cualquier caso, para no desentonar, deja a un lado tus méritos intelectuales, y tíñete las canas, usa el peinado de moda, viste a la última, simula una energía inagotable, no engordes, blanquéate la dentadura, y si entre el gimnasio, el maquillaje, y los retoques estéticos, no puedes remediar que se te noten tus achaques, o tus años, lo mismo estás de suerte, porque entonces, ya puedes hacer lo que te de la gana, sin miedo a escandalizar, y sin tener que atenerte a lo que “se espere de ti”, por que hagas lo que hagas, da igual: “ Los débiles no están de moda”.

Milagrosa Carrero Sánchez

artículo publicado en el Periódico Extremadura, y en el Hoy.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo nunca las he visto tan bien puestas como ESTAS...